Origen y habilidades.

QUÉ Y QUIENES SON.

Conocidas como especie gracias al mito de las hermanas Medusa, Esteno y Euríale, las gorgonas son por lo general, deidades implacables y salvajes que se caracterizan por tener la cabellera llena de serpientes vivas, mirada petrificante, garras de bronce en las manos, colmillos de serpiente, alas de oro de murciélago y un cuerpo cubierto y protegido por escamas que con el tiempo se hacen duras como si fuesen de metal.

Se dice de ellas que descienden de las tres famosas hermanas, pero lo cierto es que son tan antiguas como las fábulas mismas y es imposible verificar tal habladuría; lo único que tienen por seguro es que forman parte de una raza de mujeres guerreras y poderosas con poderes mentales, físicos y curativos.

Sabiéndose de ellas que son deidades protectoras, no es difícil deducir que están presentes en los conceptos religiosos y místicos de varias culturas, incluso de las más antiguas. Son monstruos despiadados descendientes de las deidades marinas Ceto y Forcis, representando, gracias a ellos, la personificación de los arrecifes marinos, de la espuma blanca del mar y de los peligros ocultos del mismo.

Anteriormente mortales, actualmente las gorgonas que comparten línea sanguínea-por muy lejana que sea-con Medusa, han descubierto una forma de romper la maldición que las hacía tan mortales como su predecesora Medusa. Sin embargo, para llevarlo a cabo es necesario tener mínimo ochocientos años y bajar al Xibalbá, donde deberán enfrentarlo con éxito.

HABILIDADES.

Su historia, su antigüedad y el hecho de descender de dos deidades, las convierte en una raza inmortal e implacable.
Poseen una inteligencia súper desarrollada, pues en la antigüedad eran protectoras de los oráculos y como pago las bendecían con una sabiduría e intelecto asaz.
Grandes combatientes, poseen un gran conocimiento de la guerra y de las batallas, siendo tan letales y monstruosas en las mismas como su propia imagen indica. Belicosas por naturaleza, poseen un carácter hostil y fiero.
Por los dos motivos anteriores, tienen un don de oratoria bastante grande. Capaces de convencer a cualquiera con su increíble siseo, hay pocas cosas que se les resistan cuando verdaderamente se lo proponen.
Si su don de oratoria falla, poseen una maestría innata en manipulación y control mental, así como resistencia al control mental de otras especies.
Su sangre es venenosa. Un veneno fuerte e instantáneamente mortal cuyo antídoto solamente está en el conocimiento de la gorgona. Las toxinas de su sangre son incomparables a cualquier otro tipo de veneno, tanto es así que son inmunes a venenos y toxinas ajenas, siendo capaces de envenenar a otros seres y hasta lugares y objetos.
Tienen sacos de veneno a ambos lados del cuello, lo que hace que sus colmillos y su mordida sea también venenosa.
Poseen una terrible mirada petrificante, capaz de petrificar (solo si ellas quieren) a aquel osado que las mire, aunque sea solo un instante.
Las serpientes de su cabello están vivas y pueden morder e inyectar veneno a medio metro de distancia. Si se les corta la cabeza, les sale una cabeza extra por cada decapitación.
Alas de murciélago y garras fuertes y afiladas cargadas de veneno.
Sus poderes curativos son incluso más fuertes que los escritos en las leyendas. Son capaces de regenerarse y curarse casi de forma instantánea, pueden curar a los demás y, tal y como viene escrito en la mitología griega, la sangre extraída del lado derecho de una gorgona es capaz de resucitar a los muertos en perfectas condiciones.
Son capaces de ver en la oscuridad y tienen el sentido del oído muy desarrollado.
Su fuerza es sobrenatural, y como buenas guerreras tienen grandes reflejos.
Como no es sorpresa, pueden comunicarse y controlar a todo tipo de serpientes.
Su piel escamosa les sirve de escudo, pues sus escamas son fuertes y robustas como si de metal se tratara. Las usan de blindaje y no pueden destruirse.

((Además de las anteriores, hay habilidades especiales y exclusivas que despiertan algunas gorgonas por longevidad y el simple hecho de ser diosas)).

Al descender de Forcis (antiguo y primigenio dios del mar) y Ceto (diosa primordial del mar e hija de titanes), las gorgonas tienen habilidades acuáticas como respiración subacuática y el control de los peligros del mar; control de las criaturas infernales que viven en las profundidades, de los monstruos y seres marinos, mareas, etc. En el caso de Aura, es una herencia longeva que ha perdido en casi su totalidad. De los dones anteriores, solo le queda la respiración subacuática durante un periodo de tiempo y el control de las mareas, aunque es algo que le supone un gasto de energía muy grande.
Dependiendo de la antigüedad de la gorgona es posible obtener por línea de sangre y herencia divina habilidades como la teleportación, visión remota (habilidad de ver y obtener información de un evento -pasado o presente-, de una cosa o de una persona a grandes distancias), inmunidad al control mental e hipnosis de otras criaturas y proyección mental (habilidad de plasmar y proyectar la conciencia, recuerdos o emociones de uno mismo en el plano astral).
Otra de sus habilidades relacionada estrechamente con la hipnosis es la de ilusión. Les otorga la capacidad de alterar y engañar la percepción de cualquiera de forma sensorial, mental, sónica o como efecto basado en la luz. Es una habilidad complicada que solo desarrollan las que componen el asiento más alto y fuerte de la jerarquía gorgona.
Solo aquellas gorgonas que superan los novecientos años obtienen un poder regalado directamente por los oráculos que en la antigüedad protegían. Un poder que les permite otorgar, despertar y amplificar los poderes latentes de quien ellas elijan.
Aura Hickling ha sido capaz de vencer a la muerte y, por tanto, de romper la maldición que le otorgaba mortalidad. Para alcanzar la inmortalidad, a parte de superar los ochocientos años y de formar parte del palco más alto de la jerarquía gorgona, se debe descender al inframundo maya -Xibalbá- a través de una ofrenda a Kukulkán y una puerta en una monumental Ceiba y, una vez allí, sortear las adversidades que sus seis infernales puertas presentan. Tras llegar al último nivel -puerta-, algo que no suele ocurrir al tratarse de un infierno plagado de dioses y de un consejo con un carácter claramente maligno y hostil, uno se convierte en el señor del Xibalbá y se iguala con sus dioses de muerte y enfermedad.

DEBILIDADES.

A diferencia de su predecesora Medusa, el desmembramiento no causa la muerte en una gorgona. Al tener sangre con dones curativos y al tratarse de seres inmortales, las heridas sanan incluso al tener las partes del cuerpo separadas. Sin embargo, el desmembramiento sí supone la inconsciencia de la gorgona en su totalidad, quedando en estado de sueño profundo hasta que sus partes son unidas nuevamente.
Arrancarles las alas de murciélago les supone una cicatriz y heridas profundas, tanto que su fuerza y reflejos se ven reducidas considerablemente. No obstante, sus alas son indestructibles y siempre tendrán una tendencia a buscar a sus dueñas para unirse nuevamente y sanar por completo.
Al tener el oído fino y desarrollado, son susceptibles a sonidos agudos y fuertes, aunque con el tiempo han aprendido a resistirlo.
Una forma complicada y peligrosa a partes iguales de debilitar a una gorgona y dejarla vulnerable, es arrancarle los ojos y cegarla. Aunque la monstruosa deidad tenga otras habilidades igual de mortíferas, los ojos son su mayor y eficaz arma al poder usarse a largas distancias.
Hay formas de evitar y ralentizar la regeneración de una gorgona, aunque son tan antiguas como arriesgadas, lo que hace que no sean demasiado conocidas. Sin ir más lejos, una de las formas más arcaicas es el rayo verde, que aunque no mate a la criatura, la convertirá en cenizas y no podrá renacer de las mismas a menos que se lleve a cabo un ritual. El alma de la gorgona quedará condenada a vagar y confinada a esperas de una liberación o resurrección corpórea.
Una forma de evitar su celeridad en la regeneración es por medio del jade. Aunque la piedra sea inofensiva cuando se enjoya, atar a una gorgona a unas cadenas de jade les supone una inhibición de su regeneración, llevándoles días sanar hasta las heridas más pequeñas. Al tratarse de una piedra sagrada y asociada por los mayas a la divinidad, inmortalidad y eternidad, es la única arma a la altura de un dios.