Aura desciende de un clan de gorgonas guerreras, salvajes y letales protectoras de sus tierras y con un sistema jerarquizado con todo el poder en su reina. Aunque no tenían un cometido en específico, sí tenían en sus garras varias reliquias ambicionadas tanto por humanos como por otras criaturas. Todas ellas en su totalidad son obras de arte que cazadores de tesoros, coleccionistas, arqueólogos e historiadores buscan.
Collar Lágrimas de Sangre.
Anteriormente rasgo distintivo de la reina y líder del clan de gorgonas guerreras. Una reliquia codiciada por muchos caza tesoros, arqueólogos e historiadores dada su antigüedad y su gran significado e historia. Como los libros y códices antiguos dictan, simboliza fuerza, lealtad y poder. Cuentan también las leyendas que su historia se remonta muchos milenios atrás, y que sus piedras se forjaron a través de sangre petrificada de una de las primeras gorgonas. Dicen las escrituras que se enamoró de un joven humano y mortal y, que como su amor no podía ser eterno, al morir este, ella se arrancó el corazón con intención de deshacerse de sus sentimientos y lo ofrendó a las fauces de un volcán. Derramó tres gotas de sangre del vacío en su pecho, reuniéndolas en un collar que pasó a simbolizar el inicio filosófico moral de la gorgona; corazón de piedra.
En la actualidad, el collar está atesorado por Aura Hickling.
La serpiente emplumada.
Un tocado antiguo y valioso para muchas mitologías, simboliza a una deidad presente, entre otras, en las culturas maya y azteca. Representa la eternidad, la luz y la fertilidad, así como la muerte y la resurrección. Su fama nace directamente de la mitología pues, según la leyenda, el dios Quetzalcoátl (quetzalli ‘pluma’ y cōhuātl ‘serpiente') bajó a la tierra y llegó a la zona maya. Allí fue reconocido como un gran jefe guerrero, conquistando más tarde la ciudad de Chichen Itzá donde fue conocido bajo el nombre de Kukulkán (k'u uk'um, 'pluma' y kaan, 'serpiente'). Su imagen corresponde a la de una serpiente gigante con plumas verdes y azules en la cabeza, alas y una filosa garra con tres extremidades puntiagudas al final de su largo y robusto cuerpo. Más símbolo de identidad que de devoción para su clan de gorgonas guerreras, antiguamente solía tallarse en la entrada del nido de alguna de ellas para advertir de su presencia.
Actualmente, el tocado lo posee Aura Hickling.
El rayo verde.
Sacado directamente de la cultura azteca, el rayo verde es un legendario cuchillo empleado únicamente para hacer sacrificios en la civilización azteca.
Su empuñadura no es otra cosa que malaquita, una piedra antigua y bella a partes iguales con poderes curativos, persuasivos y fines protectores. La parte punzante es obsidiana, un vidrio natural de orígenes volcánicos, siendo una representación del espejo del ser; no solo refleja la luz de cada uno, sino que también su sombra. Muestra los aspectos limitantes de uno mismo con el fin de sanarlos y liberarlos.
No es complicado deducir que, por la combinación de ambos componentes, el cuchillo es una herramienta mágica y poderosa. Un arma de doble filo que muy pocos pueden portar y, que para hacerlo, necesitan previamente derrotar al ello inconsciente. Se dice que si un alma no digna asesina a alguien sin derrotarse a uno mismo previamente, el arma fulmina en cenizas de inmediato a quien la sostenga, otorgándole una condena eterna, el destino certero de su víctima. Aún a día de hoy, las leyendas dan por seguro que, al realizar cuatro sacrificios correctamente a un Dios con el rayo verde, este Dios te concede su favor.
Actualmente está en paradero desconocido, probablemente expuesto en un museo.