Definir la personalidad de Aura es tan complicado como ambiguo, pues lo cierto es que la muchacha es de todo menos convencional.

 

Su sonrisa, siempre instalada en sus rojizos y carnosos labios, es tan bonita como peligrosa. Sí, en definitiva, que la gorgona sonría y se muestre bondadosa son dos de las tantas razones posibles para desconfiar de ella. Si lo hace, es que ha entendido a su contrario y ha analizado favorablemente tanto su carácter como su interior, deduciendo así sus debilidades y suponiendo sus fortalezas. ¿Hay a caso mejor forma de atacar y elegir víctima? Desde muy joven, Aura empezó a pensar que es mejor tener al enemigo cerca, pues ella no tiene ni necesita amigos.

 

Es un alma solitaria y auto suficiente que pese a mostrarse accesible y educada -al menos con quienes lo son con ella- con los demás, solo se importa a sí misma. Considera a todos inferiores a ella, unos sacos de carne y hueso simplones y autocomplacientes que no son dignos de su compañía. Sabe que es una deidad, pero no es su posición en la jerarquía lo que le lleva a considerar a los demás simples rellenos y personajes extra de la vida; su pensamiento se debe más bien a su exigencia y a su moral retorcida. Pocas cosas la divierten y aún menos cosas le gustan, por lo que no es raro que nadie ni nada robe su interés en la humanidad para hacerla cambiar de opinión. 

 

Todo lo que hace y dice tiene intenciones ocultas que no son siempre fáciles de ver. Es oportunista, ambiciosa (demasiado), terca y segura de sí misma, con una extraña y exitosa maestría en la lectura de las personas. Suele calarlas de inmediato, por lo que suele mostrarse carismática -en su justa medida- con quien le rodea (o con quien le conviene) por mera convivencia. Sin embargo, tiene un carácter áspero y arisco que la envuelven de pies a cabeza con un halo gélido y místico que se traduce en desdén, indiferencia, aspereza y sarcasmo en su forma de hablar, algo que no oculta con nadie y que hace buena dualidad con su sonrisa. Es muy hermética y recelosa en cuanto a ella y su casi milenio de vida, odiando que le pregunten sobre el tema. 

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Le gusta paralizar a sus víctimas con el veneno de sus colmillos, torturarlas entre sonrisas y palabras cargadas de ironía para regocijarse en su sufrimiento y hacer que entiendan o, en su defecto, lamenten su existencia y supliquen por la muerte. No obstante, si algo podemos asegurar de la gorgona a parte de que su sonrisa es motivo de desconfianza, es que no sonreír es sinónimo de peligro inmediato. El semblante serio en sus rasgos faciales no es una buena noticia, ni siquiera para ella. Cuando no sonríe es que está enfadada, y cuando se enfada saca su lado de gorgona salvaje y descontrolada. Es maquiavélica y burlona y suele hablar consigo misma en un duelo entre lo malvado y lo macabro.

 

Calculadora, tremendamente fría y descorazonada, no siente remordimientos por nadie ni por nada y no necesita excusas para torturar a alguien mental o físicamente, simplemente si le apetece lo hará, aunque no a cualquiera. No obstante, si tiene un motivo disfrutará muchísimo más vengándose y dándole su merecido. El dolor y tristeza son dos de las pocas cosas que actualmente siente, y hará todo lo posible para deshacerse de ellas en cuanto aparezcan en su interior. Sin ir más lejos, si siente algo que no quiere fingirá no hacerlo hasta que ese sentimiento desaparezca.

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En general, tiene un control total en ella misma y su lenguaje corporal, usándolo a su favor para salir airosa de según qué situaciones. Ganarse su confianza es sin duda una tarea ardua y no para todo el mundo, aunque siente especial debilidad por las almas inocentes e ingenuas, pues en cierta manera le recuerdan a ella en sus primeros años de vida; débiles, perdidos, un blanco fácil incluso para ella. Fiel protectora de su hermana, ahora que la ha recuperado no dejará que nada ni nadie se la vuelva a arrebatar. Pese a todo mantiene algo de honor en su interior, motivo por el que suele ser fiel a su palabra, aunque esto no quita que sea engañosa y poco de fiar.

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Su exquisitez a la hora de elegir víctima y su constante sensualidad la convierten en una mujer elegante. Incluso sus actos más salvajes y grotescos están cargados de distinción y gusto. 

Suele poner el nivel muy alto para todo; desde lo más importante a lo más banal, somete cualquier cosa a un periodo severo de selección y elitismo con el que se siente a gusto; pocas cosas la convencen, por eso piensa que sus víctimas son muy afortunadas, pues no todos tienen la dicha de ser elegidos por ella misma.